El director general de una pyme fabricante de material eléctrico tenía un problema que no sabía resolver. A pesar de la crisis, las ventas se mantenían y la cuenta de explotación, aunque había bajado, era positiva. Pero tenía tensiones de tesorería que le quitaban el sueño. Y no lo entendía porque no se retiraban dividendos de la empresa y, por tanto, los fondos propios crecían. Pero las necesidades de capital crecían con mayor rapidez. Además, la póliza de crédito más importante vencía en cuatro meses y no estaba seguro de que el banco se la renovase en condiciones similares.
El director comercial le había convencido de hacer descuentos en los precios para mantener las ventas, lo que había reducido el margen, los beneficios y el cash-flow. El director de producción producía largas series de cada producto sobre previsiones para reducir el coste unitario y, al aumentar el número de referencias, los stocks se incrementaban. El director financiero, su sobrino y hombre de confianza, se encargaba con su equipo de llevar la contabilidad, gestionar los pedidos recibidos de los comerciales, relaciones con los bancos y servicios generales. Al preguntarle qué podían hacer, siempre se quejaba de que los bancos se habían vuelto muy estrictos y no podía conseguir nueva financiación. Puerta cerrada.
Entonces se dio cuenta de que necesitaba un director financiero de verdad, un profesional experimentado que tuviera la capacidad de aportar soluciones para reducir las necesidades de capital y la habilidad y liderazgo para implementaras. Cuando nos contactó para que le buscáramos un profesional del nivel necesario para asegurarse el éxito se dio cuenta de que no lo podría pagar. Y fue entonces cuando le hablamos de la posibilidad de contratarlo en la modalidad de headrenting part-time y descubrió que con su presupuesto podía acceder a un directivo de alto nivel a dedicación parcial del 50%, lo que le pareció suficiente porque lo que en realidad necesitaba era su talento y no todo su tiempo. El nuevo directivo que le proporcionamos se incorporó al cabo de dos semanas, después de que el director general negociara con su sobrino su salida de la empresa.
Lo primero que hizo el director externalizado fue elaborar un plan financiero para aumentar la tesorería de la empresa. Demostró que acortando las series de producción, el incremento de coste unitario quedaba más que compensado por el ahorro financiero en stocks de producto acabado y materias primas, y externalizó algunos procesos que se hacían en la planta, reduciendo costes. Demostró asimismo que los descuentos indiscriminados de precios solo producen una reducción general de la rentabilidad y diseñó una política de precios, que incluía tanto descuentos como incrementos de precios según el valor aportado al cliente. También aumentó el cash-flow reduciendo el plazo medio de pago de los clientes y revisando algunos aspectos de la política de compras.
En cuanto a la estructura del departamento financiero contrató un servicio de Software-as-a-Service (SaaS) con un sistema que procesaba de manera automática los pedidos que los comerciales introducían directamente en el sistema y que aumentaba la productividad de los procesos administrativos, por una cuota de servicio sin inversión inicial, lo que permitió reducir la plantilla del departamento en dos personas. También consiguió ahorros en algunas partidas de servicios generales.
Todo ello repercutió en un notable aumento de la tesorería que le permitió después negociar con los bancos las pólizas y préstamos, consiguiendo reestructurar la deuda para asegurarse una financiación estable a medio plazo sin tensiones.
Este es un ejemplo clásico de las posibilidades del headrenting, como desarrollo práctico del concepto Management-as-a-Service (MaaS) que permite a las pymes acceder a directivos de alto nivel con presupuestos ajustados, al contratarlos a dedicación parcial y que, al igual que el SaaS, está orientado a optimizar activos de alto valor críticos para las empresas. Sólo hay que encontrar al directivo adecuado con garantías, igual que el software, y para ello están las empresas especializadas en management-as-a-service.